¿Os ha ocurrido alguna vez que os parece que todo el mundo que os rodea está patas arriba? Parece que pises lo que pises o hagas lo que hagas, sólo trae problemas y más problemas. Parece que todo el universo se ha puesto en contra tuya... Evidentemente esto no es así, pero en muchas ocasiones lo pensamos.
Y es en estas ocasiones cuando deseas y rezas que todo cambie. Te quejas de que no puedes hacer nada por cambiar o caminar porque todo lo que te rodea no te es favorable. Te cuesta animarte, te cuesta levantarte en la caída, reencontrar la ilusión... y todo porque según tú crees que lo que te rodea no te es favorable. Y a Dios culpas de lo que te sucede, te enfadas con él, te apartas de él, empieza a haber un abismo entre los dos...
Pero resulta que cuando pasa un tiempo, parece que las cosas empiezan a cambiar, parece que la vida te empieza a sonreír. Pero lo miras con recelo, según tú "no puede ser real este cambio que estoy viviendo". Aunque la vida te ofrezca una nueva oportunidad, aunque las personas que te rodean te facilitan las cosas, aunque tus sueños parecen que empiezan de nuevo a enderezarse... tienes y tenemos una leve inclinación a ser fatalistas incluso en el optimismo.
Pero tarde o temprano te das cuenta de que sí, que es verdad, que una nueva etapa se abre ante tus ojos; una nueva oportunidad, una nueva posibilidad, un nuevo kairós. Y cuando por fin parece que estás abriendo los ojos de verdad, resuena en ti las palabas de alguien que en su tiempo lo querías como Amigo: "y yo... ¿cuándo?".
Dale tu corazón y Él te dará el suyo. ¿De cuánta gente puedes decir eso? ¿Cuánta gente puede hacerte sentir especial, único? ¿Cuánta gente puede hacerte sentir extraordinario?
Y es en estas ocasiones cuando deseas y rezas que todo cambie. Te quejas de que no puedes hacer nada por cambiar o caminar porque todo lo que te rodea no te es favorable. Te cuesta animarte, te cuesta levantarte en la caída, reencontrar la ilusión... y todo porque según tú crees que lo que te rodea no te es favorable. Y a Dios culpas de lo que te sucede, te enfadas con él, te apartas de él, empieza a haber un abismo entre los dos...
Pero resulta que cuando pasa un tiempo, parece que las cosas empiezan a cambiar, parece que la vida te empieza a sonreír. Pero lo miras con recelo, según tú "no puede ser real este cambio que estoy viviendo". Aunque la vida te ofrezca una nueva oportunidad, aunque las personas que te rodean te facilitan las cosas, aunque tus sueños parecen que empiezan de nuevo a enderezarse... tienes y tenemos una leve inclinación a ser fatalistas incluso en el optimismo.
Pero tarde o temprano te das cuenta de que sí, que es verdad, que una nueva etapa se abre ante tus ojos; una nueva oportunidad, una nueva posibilidad, un nuevo kairós. Y cuando por fin parece que estás abriendo los ojos de verdad, resuena en ti las palabas de alguien que en su tiempo lo querías como Amigo: "y yo... ¿cuándo?".
Dale tu corazón y Él te dará el suyo. ¿De cuánta gente puedes decir eso? ¿Cuánta gente puede hacerte sentir especial, único? ¿Cuánta gente puede hacerte sentir extraordinario?
No hay comentarios:
Publicar un comentario